sábado, 1 de enero de 2011

El presidente Porfirio Díaz.

El presidente Porfirio Díaz.

Al mando de sus guerrilleros chinacos, el joven Porfirio Díaz participó en la defensa de la República en contra de los invasores franceses y alcanzó un amplio reconocimiento como militar. En 1877 fue elegido presidente con la ayuda de un grupo de liberales. Pero Díaz reformó la Constitución para poder reelegirse y fomentó que se hiciera trampa en las votaciones; de esa manera pudo permanecer en el poder por más de treinta años, salvo un corto periodo en que entregó el gobierno a un compadre suyo.

Conforme pasaba el tiempo, Porfirio Díaz se fue haciendo un hombre cada vez más duro y autoritario, que se tenía que apoyar en el ejército y la policía para gobernar. El temor impedía que la mayoría de los mexicanos expresara su descontento.



Porfirio Díaz y sus ministros.

A los altos funcionarios que gobernaban junto con Díaz la gente los llamaba despectivamente los científicos, porque hablaban de progreso, de máquinas y de industria, aunque no hacían nada para mejorar la vida del pueblo.

Estos gobernantes aprovecharon sus puestos para realízar grandes negocios y acrecentar sus propiedades. Mantenían buenas relaciones con los empresarios extranjeros y se asociaban a ellos.



Díaz y los científicos veían como parte del progreso de México el que los extranjeros vinieran a colonizar el país y en él invirtieran su dinero; por eso les daban muchas facilidades, gracias a lo cual acumularon inmensas fortunas.

Esos extranjeros adquirieron grandes haciendas, ricos campos petroleros y minas; también eran dueños de fábricas, bancos, comercios y de los telégrafos y teléfonos. La construcción de edificios, pavimentacíón y drenaje era parte de sus negocios.


Muchas regiones del país que antes estaban aisladas, comenzaron a comunicarse cuando las compañías constructoras estadunidenses e inglesas tendieron miles de kilómetros de vías de ferrocarril. Los trenes ayudaban a sacar del país las riquezas de los bosques, las minas y los campos de cultivo. Asimismo, se utilizaban para introducir productos industriales como maquinaria y herramientas.

Durante el siglo XIX los gobiernos liberales dictaron leyes que favorecieron el despojo de tierras de las comunidades indígenas. Más tarde, Porfirio Díaz promulgó nuevas leyes para colonizar terrenos desocupados, pero aprovechó para engañar a los pueblos y quitarles sus dotaciones de agua y sus mejores tierras. Los abusos que se cometieron ocasionaron constantes rebeliones. Por ejemplo la de los indígenas yaquis de Sonora, que eran excelentes.

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