Nuestras uñas, como ya sabes, dicen mucho de nuestra salud. Unas uñas frágiles son signo evidente de que nos faltan nutrientes, de que necesitamos hierro, calcio o zinc. Es interesante saber, por ejemplo, que las uñas comparten con el cabello una misma estructura: la queratina. Este elemento es el que les da fortaleza, así que es importante que sigas siempre una dieta rica en proteínas y vitaminas.
Si observas que, en algún momento, tus uñas adquieren una tonalidad azulada, deberás acudir al médico para que te haga un chequeo, puesto que suele asociarse a una enfermedad pulmonar. Si ves que se tornan de un tono rojizo, es posible que padezcas diabetes. Así que, ya sabes, ante cualquier irregularidad, problema o aspecto inusual que veas en ellas, no dudes en consultarlo con tu médico.
Como puedes ver, las uñas son algo más que ese elemento que decora nuestras manos y que nos ofrece una delicada femineidad. Las uñas requieren cuidados y son un reflejo directo de nuestro bienestar interior, de nuestro equilibrio hormonal y vitamínico, de nuestras proteínas e incluso de nuestro estrés.
En esos días en que, por ejemplo, estamos más ansiosas y preocupadas, nuestro organismo suele detener el suministro de nutrientes al cabello y las uñas, así que son estas partes de nuestro cuerpo las primeras en indicarnos que algo ocurre.
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