domingo, 2 de enero de 2011
sábado, 1 de enero de 2011
La prosperidad porfiriana
La prosperidad porfiriana
Ferrocarril Nacional, 1900.
Durante el largo tiempo en que gobernó Díaz se realizaron obras importantes en varios puertos, y se tendieron 20,000 kilómetros de vías férreas. Las líneas de ferrocarril se trazaron hacia los puertos más importantes y hacia la frontera con los Estados Unidos de América para facilitar el intercambio comercial.
También sirvieron para facilitar la circulación de productos entre distintas regiones de México, y como medio de control político y militar. El correo y los telégrafos se extendieron por buena parte del territorio nacional. Se fundaron algunos bancos, se organizaron las finanzas del gobierno, se regularizó el cobro de impuestos, y poco a poco se fueron pagando las deudas.
La agricultura progresó espectacularmente en Yucatán, en Morelos y en La Laguna, se cultivó un sólo producto: henequén, caña de azúcar y algodón.
México tuvo un crecimiento económico nunca antes visto. Pero como poca gente tenía dinero para invertir o podía conseguirlo prestado, el desarrollo favoreció a unos cuantos mexicanos y extranjeros. Con esto, la desigualdad entre los muy ricos, que eran muy pocos, y los muy pobres, que eran muchísimos, se fue haciendo cada vez más profunda.
Se agudizó la tendencia a acumular terrenos en manos de unos pocos propietarios; es decir, a la formación de latifundios.
Los indígenas perdieron muchas tierras, y la mayor parte de los habitantes del campo tuvieron que ocuparse como peones en las haciendas. Allí había trabajo, pero estaban mal pagados, tenían poca libertad y se veían obligados a gastar el poco dinero que ganaban en las tiendas de raya, que eran de los propios patrones y que vendían todo más caro. Al endeudarse en estas tiendas, los peones tenían que seguir trabajando para el mismo patrón, aunque los tratara mal. En algunas regiones, como la península de Yucatán y Valle Nacional, Oaxaca, los peones eran, por el trato que se les daba, prácticamente esclavos.
Ferrocarril Nacional, 1900.
Durante el largo tiempo en que gobernó Díaz se realizaron obras importantes en varios puertos, y se tendieron 20,000 kilómetros de vías férreas. Las líneas de ferrocarril se trazaron hacia los puertos más importantes y hacia la frontera con los Estados Unidos de América para facilitar el intercambio comercial.
También sirvieron para facilitar la circulación de productos entre distintas regiones de México, y como medio de control político y militar. El correo y los telégrafos se extendieron por buena parte del territorio nacional. Se fundaron algunos bancos, se organizaron las finanzas del gobierno, se regularizó el cobro de impuestos, y poco a poco se fueron pagando las deudas.
La agricultura progresó espectacularmente en Yucatán, en Morelos y en La Laguna, se cultivó un sólo producto: henequén, caña de azúcar y algodón.
México tuvo un crecimiento económico nunca antes visto. Pero como poca gente tenía dinero para invertir o podía conseguirlo prestado, el desarrollo favoreció a unos cuantos mexicanos y extranjeros. Con esto, la desigualdad entre los muy ricos, que eran muy pocos, y los muy pobres, que eran muchísimos, se fue haciendo cada vez más profunda.
Se agudizó la tendencia a acumular terrenos en manos de unos pocos propietarios; es decir, a la formación de latifundios.
Los indígenas perdieron muchas tierras, y la mayor parte de los habitantes del campo tuvieron que ocuparse como peones en las haciendas. Allí había trabajo, pero estaban mal pagados, tenían poca libertad y se veían obligados a gastar el poco dinero que ganaban en las tiendas de raya, que eran de los propios patrones y que vendían todo más caro. Al endeudarse en estas tiendas, los peones tenían que seguir trabajando para el mismo patrón, aunque los tratara mal. En algunas regiones, como la península de Yucatán y Valle Nacional, Oaxaca, los peones eran, por el trato que se les daba, prácticamente esclavos.
El presidente Porfirio Díaz.
El presidente Porfirio Díaz.
Al mando de sus guerrilleros chinacos, el joven Porfirio Díaz participó en la defensa de la República en contra de los invasores franceses y alcanzó un amplio reconocimiento como militar. En 1877 fue elegido presidente con la ayuda de un grupo de liberales. Pero Díaz reformó la Constitución para poder reelegirse y fomentó que se hiciera trampa en las votaciones; de esa manera pudo permanecer en el poder por más de treinta años, salvo un corto periodo en que entregó el gobierno a un compadre suyo.
Conforme pasaba el tiempo, Porfirio Díaz se fue haciendo un hombre cada vez más duro y autoritario, que se tenía que apoyar en el ejército y la policía para gobernar. El temor impedía que la mayoría de los mexicanos expresara su descontento.
Porfirio Díaz y sus ministros.
A los altos funcionarios que gobernaban junto con Díaz la gente los llamaba despectivamente los científicos, porque hablaban de progreso, de máquinas y de industria, aunque no hacían nada para mejorar la vida del pueblo.
Estos gobernantes aprovecharon sus puestos para realízar grandes negocios y acrecentar sus propiedades. Mantenían buenas relaciones con los empresarios extranjeros y se asociaban a ellos.
Díaz y los científicos veían como parte del progreso de México el que los extranjeros vinieran a colonizar el país y en él invirtieran su dinero; por eso les daban muchas facilidades, gracias a lo cual acumularon inmensas fortunas.
Esos extranjeros adquirieron grandes haciendas, ricos campos petroleros y minas; también eran dueños de fábricas, bancos, comercios y de los telégrafos y teléfonos. La construcción de edificios, pavimentacíón y drenaje era parte de sus negocios.
Muchas regiones del país que antes estaban aisladas, comenzaron a comunicarse cuando las compañías constructoras estadunidenses e inglesas tendieron miles de kilómetros de vías de ferrocarril. Los trenes ayudaban a sacar del país las riquezas de los bosques, las minas y los campos de cultivo. Asimismo, se utilizaban para introducir productos industriales como maquinaria y herramientas.
Durante el siglo XIX los gobiernos liberales dictaron leyes que favorecieron el despojo de tierras de las comunidades indígenas. Más tarde, Porfirio Díaz promulgó nuevas leyes para colonizar terrenos desocupados, pero aprovechó para engañar a los pueblos y quitarles sus dotaciones de agua y sus mejores tierras. Los abusos que se cometieron ocasionaron constantes rebeliones. Por ejemplo la de los indígenas yaquis de Sonora, que eran excelentes.
Al mando de sus guerrilleros chinacos, el joven Porfirio Díaz participó en la defensa de la República en contra de los invasores franceses y alcanzó un amplio reconocimiento como militar. En 1877 fue elegido presidente con la ayuda de un grupo de liberales. Pero Díaz reformó la Constitución para poder reelegirse y fomentó que se hiciera trampa en las votaciones; de esa manera pudo permanecer en el poder por más de treinta años, salvo un corto periodo en que entregó el gobierno a un compadre suyo.
Conforme pasaba el tiempo, Porfirio Díaz se fue haciendo un hombre cada vez más duro y autoritario, que se tenía que apoyar en el ejército y la policía para gobernar. El temor impedía que la mayoría de los mexicanos expresara su descontento.
Porfirio Díaz y sus ministros.
A los altos funcionarios que gobernaban junto con Díaz la gente los llamaba despectivamente los científicos, porque hablaban de progreso, de máquinas y de industria, aunque no hacían nada para mejorar la vida del pueblo.
Estos gobernantes aprovecharon sus puestos para realízar grandes negocios y acrecentar sus propiedades. Mantenían buenas relaciones con los empresarios extranjeros y se asociaban a ellos.
Díaz y los científicos veían como parte del progreso de México el que los extranjeros vinieran a colonizar el país y en él invirtieran su dinero; por eso les daban muchas facilidades, gracias a lo cual acumularon inmensas fortunas.
Esos extranjeros adquirieron grandes haciendas, ricos campos petroleros y minas; también eran dueños de fábricas, bancos, comercios y de los telégrafos y teléfonos. La construcción de edificios, pavimentacíón y drenaje era parte de sus negocios.
Muchas regiones del país que antes estaban aisladas, comenzaron a comunicarse cuando las compañías constructoras estadunidenses e inglesas tendieron miles de kilómetros de vías de ferrocarril. Los trenes ayudaban a sacar del país las riquezas de los bosques, las minas y los campos de cultivo. Asimismo, se utilizaban para introducir productos industriales como maquinaria y herramientas.
Durante el siglo XIX los gobiernos liberales dictaron leyes que favorecieron el despojo de tierras de las comunidades indígenas. Más tarde, Porfirio Díaz promulgó nuevas leyes para colonizar terrenos desocupados, pero aprovechó para engañar a los pueblos y quitarles sus dotaciones de agua y sus mejores tierras. Los abusos que se cometieron ocasionaron constantes rebeliones. Por ejemplo la de los indígenas yaquis de Sonora, que eran excelentes.
Nuevo medicamento fue autorizado por la Secretaría de Salud, para controlar la obesidad y prevenir enfermedades crónicas en adolescentes
Nuevo medicamento fue autorizado por la Secretaría de Salud, para controlar la obesidad y prevenir enfermedades crónicas en adolescentes
La Dra. Blanca del Río Navarro del Hospital Infantil de México dijo que el problema de la obesidad puede definirse simplemente como “una enfermedad en la que el exceso de grasa corporal se ha acumulado a un grado en que la salud puede ser afectada adversamente”.
La Dra. Blanca del Río Navarro del Hospital Infantil de México dijo que el problema de la obesidad puede definirse simplemente como “una enfermedad en la que el exceso de grasa corporal se ha acumulado a un grado en que la salud puede ser afectada adversamente”.
En los últimos años, la obesidad se ha convertido en un problema de salud pública en nuestro país que afecta sobre todo a la población infantil y adolescente. Tan sólo en la Ciudad de México la padece el 12.5% del total de los adolescentes, es decir uno de cada cinco jóvenes entre 10 y 17 años, de los cuales el 80% de ellos seguirá siendo obeso –en edad adulta- en caso de no recibir tratamiento farmacológico e integral.
El padecimiento de obesidad en edad adulta eleva el riesgo de desarrollar otras enfermedades crónico-degenerativas de alto impacto como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes mellitus tipo 2, primera y tercera causa de muerte en nuestro país, respectivamente.
La Dra. Del Río aseguró que “la autorización que el medicamento obtuvo de la SSA para su uso en adolescentes en México representa un fuerte avance y respaldo para la comunidad médica que día a día se enfrenta al problema creciente del exceso de peso, el cual afecta al 24.8 por ciento de los adolescentes del sexo masculino y 26.4 por ciento correspondiente al sexo femenino de adolescentes en el país”.
Cabe mencionar que entre las ciudades más afectadas se encuentra el DF y la zona metropolitana, en las que la prevalecía de exceso de peso es del 28.6 en niños y 30.1 por ciento en niñas entre las edades de 10 y 17 años.
El uso del medicamento en adolescentes es una opción farmacológica segura y eficaz para tratar la creciente problemática de la obesidad en este sector de la población que día a día ve reducida su calidad y esperanza de vida. Con ésta, México se convierte en el primer país de Latinoamérica en contar con dicha solución farmacológica.
En México la obesidad es cada ves más peligrosa y el aumento enorme en niños y adolescentes y al respecto los datos más importantes son:
- La obesidad infantil es considerada un problema de salud pública en México, ya que es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas que pueden ocasionar la muerte.
- La obesidad no es un problema estético, sino una enfermedad de alto riesgo causada por el incremento de la grasa visceral en nuestro organismo.
- Un niño se considera obeso cuando su peso es superior al 20% del ideal.
Estadísticas en México:
· En nuestro país, el 38.4% de los niños que alcanzan los 6 años de edad presentan problemas de exceso de peso.
· La región norte del país es la que mayor índice de obesidad presenta en su población infantil; el 45.8% de los niños de 6 años de edad tienen exceso de peso.
· México DF es la región que ocupa el segundo lugar en obesidad en menores, alcanzando un 39.9% en su población infantil de 6 años.
· El 28.6% de los niños (varones) que habitan la zona metropolitana del país padecen de exceso de peso.
· El 30.1% de las niñas que habitan la zona metropolitana del país padecen de exceso de peso.
· Aproximadamente un 80% de los adolescentes obesos en nuestro país lo seguirá siendo el resto de su vida.
· Menos del 5% de los adolescentes obesos que pierden su peso son capaces de mantenerse en su peso ideal.
· La edad de aparición en 50% de los casos de obesidad en niño es antes de los dos.
El padecimiento de obesidad en edad adulta eleva el riesgo de desarrollar otras enfermedades crónico-degenerativas de alto impacto como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes mellitus tipo 2, primera y tercera causa de muerte en nuestro país, respectivamente.
La Dra. Del Río aseguró que “la autorización que el medicamento obtuvo de la SSA para su uso en adolescentes en México representa un fuerte avance y respaldo para la comunidad médica que día a día se enfrenta al problema creciente del exceso de peso, el cual afecta al 24.8 por ciento de los adolescentes del sexo masculino y 26.4 por ciento correspondiente al sexo femenino de adolescentes en el país”.
Cabe mencionar que entre las ciudades más afectadas se encuentra el DF y la zona metropolitana, en las que la prevalecía de exceso de peso es del 28.6 en niños y 30.1 por ciento en niñas entre las edades de 10 y 17 años.
El uso del medicamento en adolescentes es una opción farmacológica segura y eficaz para tratar la creciente problemática de la obesidad en este sector de la población que día a día ve reducida su calidad y esperanza de vida. Con ésta, México se convierte en el primer país de Latinoamérica en contar con dicha solución farmacológica.
En México la obesidad es cada ves más peligrosa y el aumento enorme en niños y adolescentes y al respecto los datos más importantes son:
- La obesidad infantil es considerada un problema de salud pública en México, ya que es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas que pueden ocasionar la muerte.
- La obesidad no es un problema estético, sino una enfermedad de alto riesgo causada por el incremento de la grasa visceral en nuestro organismo.
- Un niño se considera obeso cuando su peso es superior al 20% del ideal.
Estadísticas en México:
· En nuestro país, el 38.4% de los niños que alcanzan los 6 años de edad presentan problemas de exceso de peso.
· La región norte del país es la que mayor índice de obesidad presenta en su población infantil; el 45.8% de los niños de 6 años de edad tienen exceso de peso.
· México DF es la región que ocupa el segundo lugar en obesidad en menores, alcanzando un 39.9% en su población infantil de 6 años.
· El 28.6% de los niños (varones) que habitan la zona metropolitana del país padecen de exceso de peso.
· El 30.1% de las niñas que habitan la zona metropolitana del país padecen de exceso de peso.
· Aproximadamente un 80% de los adolescentes obesos en nuestro país lo seguirá siendo el resto de su vida.
· Menos del 5% de los adolescentes obesos que pierden su peso son capaces de mantenerse en su peso ideal.
· La edad de aparición en 50% de los casos de obesidad en niño es antes de los dos.
http://www.esmas.com/salud/saludfamiliar/adolescentes/464542.html
sábado, 4 de diciembre de 2010
Esclavos en Roma
Esclavos en Roma
En Roma, la principal fuente de aprovisionamiento de esclavos era la guerra; el expansionismo romano y sus continuas
campañas de conquista permitieron un flujo continuo desde los primeros tiempos de la historia de la ciudad y, de
manera especial, a partir de las guerras fuera de la Península italiana; tras la toma de Tarento en el año 209 a.C.,
durante la etapa final de la guerra contra Aníbal, se hicieron 30.000 esclavos entre sus habitantes. A partir de las
campañas de Grecia y Oriente, especialmente desde el siglo II a. C., el número de prisioneros alcanzó los centenares
de miles. Tan sólo tras la batalla de Pidna contra los griegos, en el año 168 a.C., su vencedor Emilio Paulo vendió
150.000 hombres. Julio César, tras sólo una de las batallas de la conquista de las Galias, aportó de golpe 53.000
prisioneros al mercado de esclavos de Roma. Algunos autores calculan que en total, tras varios años de campaña,
César hizo posible que cerca de un millón de prisioneros galos fueran destinados a la venta. Trajano, al regreso de
su segunda campaña contra los dacios en 109, trajo consigo 50.000 prisioneros. Un pollo con nombre de batalla
El "Pollo Marengo" nació el 14 de junio de 1800, entre el fragor de las batallas que libraron austriacos y franceses
en los alrededores de Marengo, pueblecito del Piamonte italiano. Mandaba las tropas austriacas el barón de Melas y
las francesas Napoleón Bonaparte. Eran las dos de la tarde y los franceses ya habían perdido dos batallas, tras
luchar desde las ocho de la mañana. El general Desaix propuso a Napoleón una tercera. "Allá usted", contestó éste,
"yo, por mi parte, me voy a comer".
El cocinero Dunand se las vio y se las deseó para satisfacer el impaciente apetito de su amo. Los austriacos habían
interceptado el suministro y en las cocinas francesas no quedaba ni mantequilla. Dunand envió a varios soldados para
que buscaran por los alrededores cualquier clase de alimento. Volvieron con pollos, ajos, tomates, cebollas, aceite,
huevos y cangrejos de río. Mientras el general Desaix volvía victorioso de la tercera batalla, Dunand triunfaba
también en la cocina, preparando los pollos con los ingredientes que le habían aportado y agregándoles coñac
mezclado con agua. No le fue difícil encontrar un nombre para el nuevo plato: Pollo Marengo.
En Roma, la principal fuente de aprovisionamiento de esclavos era la guerra; el expansionismo romano y sus continuas
campañas de conquista permitieron un flujo continuo desde los primeros tiempos de la historia de la ciudad y, de
manera especial, a partir de las guerras fuera de la Península italiana; tras la toma de Tarento en el año 209 a.C.,
durante la etapa final de la guerra contra Aníbal, se hicieron 30.000 esclavos entre sus habitantes. A partir de las
campañas de Grecia y Oriente, especialmente desde el siglo II a. C., el número de prisioneros alcanzó los centenares
de miles. Tan sólo tras la batalla de Pidna contra los griegos, en el año 168 a.C., su vencedor Emilio Paulo vendió
150.000 hombres. Julio César, tras sólo una de las batallas de la conquista de las Galias, aportó de golpe 53.000
prisioneros al mercado de esclavos de Roma. Algunos autores calculan que en total, tras varios años de campaña,
César hizo posible que cerca de un millón de prisioneros galos fueran destinados a la venta. Trajano, al regreso de
su segunda campaña contra los dacios en 109, trajo consigo 50.000 prisioneros. Un pollo con nombre de batalla
El "Pollo Marengo" nació el 14 de junio de 1800, entre el fragor de las batallas que libraron austriacos y franceses
en los alrededores de Marengo, pueblecito del Piamonte italiano. Mandaba las tropas austriacas el barón de Melas y
las francesas Napoleón Bonaparte. Eran las dos de la tarde y los franceses ya habían perdido dos batallas, tras
luchar desde las ocho de la mañana. El general Desaix propuso a Napoleón una tercera. "Allá usted", contestó éste,
"yo, por mi parte, me voy a comer".
El cocinero Dunand se las vio y se las deseó para satisfacer el impaciente apetito de su amo. Los austriacos habían
interceptado el suministro y en las cocinas francesas no quedaba ni mantequilla. Dunand envió a varios soldados para
que buscaran por los alrededores cualquier clase de alimento. Volvieron con pollos, ajos, tomates, cebollas, aceite,
huevos y cangrejos de río. Mientras el general Desaix volvía victorioso de la tercera batalla, Dunand triunfaba
también en la cocina, preparando los pollos con los ingredientes que le habían aportado y agregándoles coñac
mezclado con agua. No le fue difícil encontrar un nombre para el nuevo plato: Pollo Marengo.
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