"Usted estaba sentado gozando de la fresca viruta." Así da comienzo Roberto ArIt a Psicología simple del latero, una de sus inolvidables Aguafuertes porteñas. Tres líneas más adelante habla nuevamente de la fresca viruta al describir a su protagonista apoltronado en una silla de café, bebiendo cerveza bajo un toldo y repitiéndose, hasta el hartazgo, que la vida tiene sus partes lindas. "Gozar de la fresca viruta" consiste en eso: pasarla bien sin preocuparse por nada y disfrutando lo que se tiene a mano. Pero ¿qué relación existe entre el dolce far niente y eso que el diccionario define como lámina fina y enrulada que sale de la madera al cepillar?. Ocurre que hasta no hace mucho era común aprovechar la viruta para rellenar colchones. Tanto las tiras de madera como el aire que queda entre ellas son excelentes aislantes del calor. El relleno, además, se acomoda muy bien al peso y la forma del cuerpo. Por eso, en la era preplástica, la viruta fue parte del ocio. Y gozar de ella, un arte, que como dice muy bien Arlt, hacía sentir la vida más linda. Más liviana, más mullida y más fresca.
domingo, 2 de noviembre de 2008
GOZAR DE LA FRESCA VIRUTA
"Usted estaba sentado gozando de la fresca viruta." Así da comienzo Roberto ArIt a Psicología simple del latero, una de sus inolvidables Aguafuertes porteñas. Tres líneas más adelante habla nuevamente de la fresca viruta al describir a su protagonista apoltronado en una silla de café, bebiendo cerveza bajo un toldo y repitiéndose, hasta el hartazgo, que la vida tiene sus partes lindas. "Gozar de la fresca viruta" consiste en eso: pasarla bien sin preocuparse por nada y disfrutando lo que se tiene a mano. Pero ¿qué relación existe entre el dolce far niente y eso que el diccionario define como lámina fina y enrulada que sale de la madera al cepillar?. Ocurre que hasta no hace mucho era común aprovechar la viruta para rellenar colchones. Tanto las tiras de madera como el aire que queda entre ellas son excelentes aislantes del calor. El relleno, además, se acomoda muy bien al peso y la forma del cuerpo. Por eso, en la era preplástica, la viruta fue parte del ocio. Y gozar de ella, un arte, que como dice muy bien Arlt, hacía sentir la vida más linda. Más liviana, más mullida y más fresca.
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