domingo, 2 de noviembre de 2008

RENACER DE LAS CENIZAS


La idea de volver a alzar vuelo después de una gran crisis suele ser alegóricamente expresada mediante la antiquísima leyenda egipcia del ave Fénix. Un pájaro fabuloso de brillante plumaje dorado y escarlata que emitía un canto muy melodioso y cuya vida se extendía -las versiones difieren- entre los cinco y los once siglos. Antes de morir, el Fénix -del que existía un único ejemplar-, se preparaba un nido hecho con ramas de árboles raros y hierbas aromáticas al que se prendía fuego, y el ave se extinguía entre sus llamas. Resucitaba muy pronto de las cenizas, intacta y rejuvenecida, para vivir otra vez por siglos. La creencia -que evoca la muerte diaria del sol y los otros fuegos de un nuevo amanecer- dio lugar al dicho “renacer de las cenizas" y a su equivalente, menos empleado, "ser como el ave Fénix”. Una metáfora que condensa el destino de aquellos que, tras un fracaso que se creyó definitivo, retoman con el fervor y la fortuna que suponían para siempre incinerados. El nombre del ave también se aplica a quien, por sus cualidades, excede la comprensión humana.

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