La caña de azúcar (Saccharum officinarum) es, al igual que el arroz (Oryza sativa), una gramínea tropical procedente de Asia, donde se ha cultivado durante más de 4000 años (el arroz se cultiva en China desde hace más de 7000 años). La caña de azúcar es una caña fibrosa y dulce con hojas alargadas. Los primeros métodos para la extracción del azúcar de caña datan del 400 a.C. en la India. Cristóbal Colón envió plantas de caña de azúcar a las Antillas y a partir de entonces la caña de azúcar se cultiva en todas las regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo. Más del 62% de todo el azúcar mundial procede de esta planta. Sus semillas son tan pequeñas que en un gramo hay unas 1000, pero no se usan para plantar nuevas plantas ya que, como ocurre con multitud de especies comerciales, su semilla produce plantas muy diferentes de los progenitores. Por ello, la plantación de caña de azúcar se hace clonando la planta progenitora para conseguir plantas con los mismos genes y las mismas características. Para clonar esta especie se planta bajo suelo húmedo un trozo de caña con algún nudo. En 2 ó 3 semanas, las yemas emergen del tallo (caña) y surge una nueva planta. Antes de la recolección, que se hace entre Octubre y Marzo, se suele quemar el campo para eliminar las hojas muertas que dificultan la recolección y absorben azúcar durante el proceso de extracción. Esta quema no afecta al interior de los tallos y debe hacerse de día para minimizar el daño ambiental del humo. El azúcar también puede extraerse de otra planta, la remolacha azucarera (Beta vulgaris) en la que la parte que almacena el azúcar no es el tallo, sino la raíz. La remolacha sí se planta a partir de sus semillas.
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